martes, 5 de agosto de 2008

Bancarización e inclusión social: El caso del Banco de la Nación

Extraido de Revista Strategia de CENTRUM

“… el Banco de la nación realiza una labor de extraordinaria importancia en el país, no solo como agente financiero del estado sino también en la función de bancarizar, formalizar, incluir y descentralizar productivamente. La evaluación del banco debe incluir, además de los criterios normales de supervisión bancaria, el análisis de su papel social e integrador en un país pobre y desintegrado como es el Perú...” Enrique Cornejo, Presidente del Banco de la Nación.

El Banco de la Nación es el agente financiero del Estado. Tiene 41 años de vida institucional desde que se constituyó a fines de la década de 1960 sobre la base de la Caja de Depósitos y Consignaciones. A lo largo de estos años, el banco ha pasado por diferentes etapas incluyendo una época en la que se pretendió liquidarlo. Su actual administración se ha propuesto convertirlo en un banco de categoría internacional.


Se trata de una institución financiera con activos que superan los US$3,500 millones y que genera alrededor de US$100 millones de utilidades anuales. Su principal fortaleza es, sin embargo, su importante red de agencias y sucursales distribuida a lo largo y ancho del país. El Banco de la Nación cuenta con 398 oficinas y 440 puntos de atención, cerca de 300 de estas oficinas se ubican en lugares en los cuales no hay otro banco. El banco está en las ciudades de frontera, la Amazonía, nuestros pueblos andinos y la costa; en muchos de estos lugares, el banco es, en la práctica, la única presencia del Estado.

Sus 398 oficinas tienen interconexión vía satélite por lo que desarrollan diariamente actividades financieras en tiempo real, comunican a todo el país y realizan millones de operaciones mensuales. Es el Banco de la Nación el que paga las remuneraciones de los trabajadores del Sector Público activos y pensionistas, el que canaliza los recursos del canon o del Foncomún a municipios y regiones. Es el Banco de la Nación el que permite que miles de peruanos hagan diariamente operaciones de telegiro para transferir dinero a otro lugar del país y es la ventanilla a través de la cual se otorgan mensualmente las transferencias condicionadas del Programa Juntos a más de 170.000 peruanos muy pobres.

Desde fines del año 2006, en el marco de la política diseñada por el nuevo gobierno, el Banco de la Nación tiene otra importante tarea: constituirse en plataforma de segundo piso para apoyar el desarrollo de los microcréditos a través de instituciones financieras especializadas (IFI) como cajas municipales, cajas rurales y empresas de desarrollo de la pequeña y microempresa (EDPYME). La meta es lograr 100.000 nuevos microcréditos en zonas muy pobres del país. Con este propósito, el banco ha realizado doce convenios con instituciones de microfinanzas de manera que estas utilicen su infraestructura, especialmente en las zonas alejadas del interior del país, y también está contribuyendo a otorgar respaldo a las IFI mediante recursos provenientes de sus utilidades.

Por todo lo señalado, el Banco de la Nación realiza una labor de extraordinaria importancia en el país, no solo como agente financiero del Estado sino también en la función de bancarizar, formalizar, incluir y descentralizar productivamente. La evaluación del banco debe incluir, además de los criterios normales de supervisión bancaria, el análisis de su papel social e integrador en un país pobre y desintegrado como es el Perú.


”…No ha habido experiencia más enriquecedora en términos de inclusión social que visitar las oficinas del banco ubicadas en los lugares más alejados como el estrecho, Puerto inca, chavinillo, La unión, Lircay y acobamba, por mencionar solo algunos…”


El banco cumple todas las normas y regulaciones de la Superintendencia de Banca y Seguros, administra y sigue de cerca sus riesgos de acuerdo con las indicaciones de Basilea y aspira a convertirse en el mediano plazo en un banco acreditado internacionalmente. Sus estados financieros –auditados externamente– revelan una gestión responsable y técnicamente manejada y Visa Internacional acaba de certificar a todos los cajeros automáticos del banco ubicados en Lima y pronto lo hará con los correspondientes cajeros ubicados en provincias. Los clientes del Banco de la Nación (que suman más de un millón y medio) son portadores de una tarjeta Multired que ya es una tarjeta de débito Visa Internacional. Importantes instituciones financieras multilaterales como la Corporación Andina de Fomento (CAF) o el Banco Latinoamericano de Exportaciones (Bladex) evalúan el otorgamiento de líneas de crédito al banco como demostración de la confianza generada. Sin embargo, son varios los desafíos que el Banco de la Nación tendrá que afrontar en los próximos años. El principal es el reto de convertirse en un verdadero banco de servicios a partir del banco de pagos que todavía es. Para ello, el banco está realizando un importante esfuerzo para cambiar su cultura de gestión orientándose a satisfacer las necesidades de sus clientes (trabajadores del Sector Público, municipios, regiones), sus socios estratégicos (las instituciones de microfinanzas) y los peruanos más pobres a los que atiende.
La red del Banco seguirá fortaleciéndose en provincias y distritos en los que es necesaria su presencia. No ha habido experiencia más enriquecedora en términos de inclusión social que visitar las oficinas del banco ubicadas en los lugares más alejados como El Estrecho, Puerto Inca, Chavinillo, La Unión, Lircay y Acobamba, por mencionar solo algunos.

Reflexionemos sobre lo que significaría que el Banco de la Nación no tuviera oficinas en todos esos lugares. ¿Cuánto le costaría al Estado –es decir, a todos los peruanos– que un maestro o un policía o un juez de paz de El Estrecho no tuvieran una oficina del banco? Tendrían que viajar una vez al mes a cobrar su sueldo por horas y hasta días hasta el distrito más próximo. Esas horas y esos días serían de menos educación para los niños, menos atención de justicia, menos seguridad. ¿Cuánto vale todo eso en términos de capital humano?

De otro lado, la mitad de las operaciones que realizan las oficinas del Banco de la Nación en los lugares donde es la única oferta bancaria se hacen por encargo de bancos privados con los que se tienen acuerdos de corresponsalía. Nuestras oficinas generalmente están ubicadas en la plaza principal del pueblo y fuera de ellas se desarrollan las ferias populares en las que todavía hay trueque. Nuestro personal tiene el privilegio de presenciar directamente en cada día de trabajo la coexistencia de sistemas monetarios y de trueque, tecnologías de arado manual y tractores, sociedades que se guían por la tradición oral y el uso de tecnologías de punta como el Internet o el ATM. Ese es nuestro país, diverso cultural, social, lingüística, económica y geográficamente y esa es una tarea fundamental del Banco de la Nación: bancarizar incluyendo socialmente.

Fuente: Strategia Nro4 - Abril 2007. Pp 10-11

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