lunes, 27 de octubre de 2008

Lucha contra el hambre ayudara a elevar la produtividad

Una persona que no se alimentó bien hasta los 5 años no solo se enfermará durante ese período, sino que sufrirá problemas de salud por el resto de su vida. En ambos momentos, hay un costo que el sistema público de salud tendrá que asumir. Pero, además, es muy probable que esa persona repita el año escolar al menos una vez, lo cual aumenta los costos en el sistema de educación pública. Finalmente, si esa persona muere por causa de la desnutrición, dejará de aportar su trabajo a la economía y, si sobrevive, su aporte a la productividad será bajo. ¿Es posible medir todas estas pérdidas?




Eso fue lo que hicieron el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), tomando el 2005 como referencia. Según sus cálculos, el país perdió ese año US$2,580 millones por efecto de la desnutrición infantil, cifra equivalente al 3% del PBI. El Perú ocupa así el tercer lugar entre los países con mayores pérdidas económicas derivadas de la desnutrición infantil, después de Colombia y Guatemala. El estudio titulado "El costo del hambre" abarcó 13 países de América Latina.

En el caso del Perú, el estudio determinó que en el 2005 el Ministerio de Salud destinó US$57 millones para atender a 287.000 niños menores de 5 años, a causa de la desnutrición. Además, el Ministerio de Educación pagó US$11 millones por las plazas de escolares repitentes, cuyo mal desempeño se debió a la desnutrición.


Sin embargo, en un 97%, la pérdida calculada es explicada por las horas de trabajo que no se dieron el 2005 a causa de muertes por malnutrición (valorizadas en US$1,530 millones) y por un déficit de productividad (valorizado en US$980 millones).


Proyectando estos indicadores hasta el 2069, los investigadores calcularon que el costo anual de la desnutrición infantil sería de US$345 millones cada año.

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