miércoles, 22 de octubre de 2008

Inclusion social una buena inversion

DEBATE. EXPERTOS NACIONALES Y EXTRANJEROS ANALIZARON AVANCES DEL PROCESO



La exclusión no solo está referida a una persona con discapacidad


Inclusión, niños, adolescentes, escuela y calidad, elementos que bien combinados pueden ser la mejor mezcla sobre la cual es posible edificar una sociedad más integrada, mejor desarrollada. El cimiento ideal para el despegue de un país. Para Katherine Müller-Marin, representante de la Unesco en el Perú, las personas tienden a asociar inclusión y discapacidad, pero la exclusión se refiere también a personas que son afectadas por diversas circunstancias, más allá de sus limitaciones físicas.“Todavía existen en el mundo muchas personas excluidas de la educación desde tempranas edades o que, incluso, accediendo al sistema educativo reciben una educación de menor calidad, lo que también es una forma de exclusión”, sostiene.


En este grupo puede mencionarse a niños trabajadores, a los que están en manos de mafias o padecen prostitución, los muy pobres, los que pertenecen a etnias minoritarias, los que están infectados por el VIH-sida y así un largo etcétera. “Hemos realizado un estudio, y a medida que el niño va creciendo, va desapareciendo del sistema educativo. Cuando tiene 8 años, el 95% va al colegio, pero cuando llega a los 18 años, menos de la mitad participa de él. Ciertamente, hay un tema de abandono muy grande”, refiere el economista Enrique Vásquez, del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico. Manifiesta que se ha demostrado que de cada 100 niños, solo 76 van al primer grado, y que pasados cinco años, solo 30 de ellos logran ingresar a secundaria. “Cuando uno investiga más y divide entre hombres y mujeres, las niñas empiezan a desaparecer, y eso es muy peligroso, porque en la secundaria es cuando empiezan a vincularse con su pares y pueden tomar decisiones erradas, como quedar embarazadas, factor decisivo para la perpetuación de la pobreza”, advierte.Así, no solo hay que pensar en incluir a las personas que nacieron con alguna discapacidad física o mental, sino pelear por aquellos cuya estadía en la escuela corre peligro.

“Las personas no siempre están conscientes de que existe la posibilidad de llegar a encontrarse en situaciones en que pueden ser excluidas. Por ejemplo, como resultado de un terremoto, su hijo se queda sin colegio o le ocurre un accidente y queda con alguna lesión que causa una discapacidad. No esperamos que eso nos ocurra, por tanto se piensa en la inclusión como un tema de otros, de los especialistas, un tema lejano”, señala la representante de la Unesco, que considera que debe trabajarse mucho en la información y sensibilización de la población, sobre todo de los padres de familia.CrecimientoCésar Uribe Neyra, coordinador ejecutivo de la Comisión Técnica de Educación Para Todos, del Ministerio de Educación, manifiesta que la exclusión crece con el paso de los días. Detalla que de acuerdo con las estadísticas, tan solo el 60% de los niños de cinco años recibe educación inicial y apenas el 4% de la población menor de tres años es atendido en la escuela.

Es decir, de cada 100 niños, únicamente 4 reciben educación entre 0 y 3 años, y apenas 60 acuden a un centro de educación inicial entre los 4 y 5 años.Por otro lado, el experto de la Universidad del Pacífico lamenta que en este momento se trabaje con porcentajes y no con cifras exactas que puedan indicar quiénes son, cuántos son y dónde están aquellos menores excluidos de la escuela. Vásquez sostiene que si bien la inversión destinada a la educación de las poblaciones excluidas puede ser mayor a la promedio, ésta se recupera, y puede generar ingresos adicionales, por encima de los costos.“En Brasil, se ha demostrado que los personas con discapacidad aportan por lo menos el 2% al PBI”, revela, para luego comentar que países como Chile y Colombia han apostado por los niños rurales y los que son víctimas de la violencia respectivamente.

ExperienciasPara Müller-Marin, el camino de la inclusión plena de todas las personas; sin duda, no es sencillo, pero existen experiencias interesantes que podrían servir como ejemplo.“Podríamos hablar de países como Costa Rica y Perú, en los que se busca facilitar que los niños con síndrome de Down, por ejemplo, puedan integrarse a las aulas de clases regulares. Esto es resultado de un proceso de concientización del Gobierno y de educación de la sociedad”, explica.

Además, sostiene, hay que demostrar que no hay amenaza, que la atención de estos chicos no afectará negativamente al resto de niños, que no se les está restando nada y que, por el contrario, todos ganan y se enriquecen, “ya que los niños y niñas que aprenden a convivir con la diversidad podrán desarrollar una vida más plena, más tolerante, constituyendo la base de una sociedad justa y no discriminatoria. Difícilmente se puede aprender a respetar las diferencias si no se convive con ellas”, refiere.Considera que, definitivamente, habrá niños que no podrán, debido a la severidad de su discapacidad, ir a la escuela regular, y que en esos casos se deberá actuar de manera especial con ellos, pero, en lo posible, se tiene que luchar por la inclusión y oportunidad de todos.

La representante reconoce que el Perú ha dado pasos importantes en el tema de la inclusión y que todavía hay mucho camino por andar. A solicitud nuestra, la representante de la Unesco nos deja las siguientes recomendaciones: apoyar el proceso en que las escuelas especiales se constituyan en soporte para los docentes de la enseñanza regular que atienden en sus aulas a niños con requerimientos especiales, y que el progresivo avance de la inclusión conlleve a que los límites entre la “educación común” y la “educación especial” sean cada vez menos precisos. Exhorta también a reforzar el trabajo con las madres de familia y los niños de 0 a 5 años, porque es en esa etapa en la que se pueden ubicar tempranamente las necesidades de aprendizaje diferente.

CifrasCuando los niños no tienen la oportunidad de desarrollar su potencial en la infancia, sus familias están más expuestas a empobrecerse. Hacer que la educación sea más inclusiva contribuye al logro de algunos Objetivos de Desarrollo del Milenio, como son la erradicación de la pobreza extrema y lograr que la enseñanza primaria sea universal.
Los expertos sostienen que igualdad de oportunidades no significa tratar a las personas de la misma forma, sino dar a cada cual lo que necesita.
De acuerdo con un estudio elaborado por Enrique Vásquez, del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, el 33% de niños y adolescentes de Ventanilla padece alguna discapacidad y el 20% en Comas.
Fuente: Diario El Peruano 08/10/2008

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